miércoles, 8 de abril de 2009

DINERO FÁCIL

Mis informes del taller de feminismo llegaron a oídos de Sparky. Así, que de nuevo en la calle. De nuevo a leer El Mercurio y a buscar algún trabajo. Mandy ya ni siquiera tejía. Y ni siquiera me demandaba. Pero el asunto del empleo era algo cojonudo. Aparecían cosas de este tipo": NECESITAMOS ENANOS para promociones artísticas. Presentarse Lircay 528, Recoleta ". Obviamente yo no era enano. Mis abuelos habían llegado en el Winnipeg. Y precisamente no eran de los republicanos mas tolerantes. Eran Vascos. En fin. Salí a buscar trabajo y a fin de cuentas estaba, como mis abuelos, en el barco indicado.Buscar trabajo. Rascarse los sobacos y percibir el agrio aroma de lo mismo. Buscar cigarros. Lanzarle un tiente a tu mujer que se encuentra apestada de tanta miseria. Compras el diario y condenas a tus ojos a leer miserias y estupidez que lo único que hacen son joderte la vida. Buscar trabajo. Enumero en mi vida la saga titánica de cosas que he debido soportar: cargador, vendedor (trabajo miserable), auxiliar de viejas con lunares con pelos en la cara, soportar gordos depravados que te mangonean y pronuncian curtura, cajero (buen trabajo sobretodo a la hora mirar el bolsillo izquierdo), vendedor de acuarios, extra de t.v, cocinero, mesero, vendedor (vendía unas miserables carnes de cerdo con triquinosis), camarero en una cantina top de homosexuales millonarios, payaso promotor de fotografías, cargador de muebles, bombero en una estación de servicios (buen trabajo a la hora de cagar a un cliente), vendedor de lácteos, vendedor de créditos para microempresarios, pintor de brocha gorda, ayudante de gasfiter, marido estable y no tan fiel. Tanto tiene que soportar una bestia para sentirse un ser humano. Voy a cumplir treinta y por suerte soy un don nadie. Por suerte todo el mundo me desconoce. Solo quiero algo que echarle a las tripas, cigarros y una sonrisa de mi mujer. Quiero joderme a mi mujer. Quiero que mi mujer me tome en cuenta y fumar un cigarro. Mierda no tengo trabajo, cigarros y al paso que voy mi mujer va tener un amante que nos alimenté a ambos. No seria mal negocio pero mi orgullo. Mi torpe orgullo de macho me obliga a buscar un trabajo. Rascate los sobacos y sigue leyendo. Tengo ladillas, quizás mi mujer y su amante me las han contagiado. Tengo hambre. Fumó un poco de una colilla. Ya no tengo hambre. Tengo un apellido con mucha r para ser tan pobre. Mamá decía:- los vascos solo saben trabajar y trabajar -. Y yo lo único que he hecho a sido trabajar y trabajar. Y aparte de joderme la vida en esos empleos revienta pelotas, jode vidas, traga sueños, mata pollas, rasca sobacos y culo, solo me queda trabajar y trabajar y esperar que el trabajo- trabajo me maté. Soy demasiado cobarde para pegarme el tiro y juntarme con la gente inteligente que se bajo de esta mierda. Algo aparece en el diario. Sexta columna justo en el centro. Cuidado puede ser otra mierda traga sueños. Mierda ya no tengo sueños, ni esposa, ni vida. Solo tengo un pellejo que vestir y unos pulmones a los cuales echarle porquería.El aviso, engañoso como todos, describe un trabajo simple, rentable y de corto horario. Advierte que debes ser ambicioso, creativo, entusiasta y con ganas de surgir. A seis meses de cesantía cualquiera de esos requisitos y muchos otros mas a punta de hambre y desesperación los reunía. No quedaban mas empleos en el listado y dije:- por ultimo que sea de vendedor - y enfile hacia la dirección.En busca de mi penitencia terminé en una oficina estrecha y hedionda a patas, potos y sobacos. El agradable aroma a humanidad y de insoportable pobreza era el complemento perfecto para la abundancia de carencias. No existían computadoras, ni secretarias de culos esplendorosos. Tan solo existía una enorme pizarra de acrílico a la que llamaban cuadro de eficiencia. Ya me veía cerrando la lista como el más ineficiente de todos. Esa pizarra y un espantoso escritorio de metal eran toda la oficina. ¿ Quién mierda puede ser eficiente en un lugar como ese?.El poblado mundillo de los infelices esperando su cepo era extraño. Mas que sala de espera para cesantes, parecía oficina de migración. Una treintena de peruanos, otros tantos bolivianos y un oriental. Este lugar parecía el asilo de todos los infelices y cabrones cesantes del mundo. Todos apretujados como un camión repleto de vacas rumbo al matadero: los peruanos con sus ojos virolos, los bolivianos con el sudor cayendo desde las cejas, el oriental con su indescriptible olor a ajo y tranquilo. Tranquilo y paciente como suelen ser los chinos. Y yo en el medio tratando de tener una nacionalidad y dije:- por mis venas no corre ni una gota de sangra india o china. Ser vasco es ser un indio europeo. Estoy en el barco indicado. También soy otro maldecido por la piel y la historia -.La presión humana dio paso al dialogo. Preguntas como que hace uno en ese maldito lugar y obviedades por el estilo. Un peruano preguntó que hacía y le respondí que nada. se rió y siguió preguntando lo mismo a los demás. Ese tipo tiene serios problemas de comunicación. Luego un boliviano preguntó si esto era para un trabajo de aseo industrial y yo le respondí que no era para lavar retretes pero que igual te sacas y te sacaban la mierda trabajando. Y el oriental seguía inmóvil. Parecía que estaba muerto invocando a Buda o realizando una meditación metafísica trascendental. En fin, su mirada extraviada en el numero uno del cuadro de eficiencia. A lo mejor era un oriental paciente y eficiente.La salita poco a poco se fue vaciando y también fue evacuando el dichoso aroma de la miseria. Quedaban unos pocos peruanos conversando de fútbol con otros tantos bolivianos y ese cabrón chino que no se movía para nada. empezaba a preocuparme así que decidí tomar asiento a su lado. Con sutileza y sin parecer maricón, rocé su zapato. No era un buen zapato: negro, polvoriento, a medio lustrar, cordones hilachentos, pero al fin y al cabo cumplía su labor con cierta dificultad. Al sentir mi zapato por sobre el suyo, el oriental giró su rostro y dijo, con una bocanada de ajo y seriedad:- ¿ Cuál es su nombre? -. Qué tipo de reacción era esa. Viene un tipo, te pone el pie encima y tú le preguntas el nombre. Debería estar loco. Oh, claro que sí. Un condenado chino loco. Le di mi nombre y no quise que continuara afixiando, así que le devolví la pregunta. Ingeniero y no sé que otra cosa, era su nombre. A quién diablos se le ocurre llamarse a si mismo ingeniero. El boliviano podría decir limpia waters tanto y así todos. Pero en fin el chino se llamaba ingeniero y preguntaba de que se trataba el empleo. Por mi parte pensaba que los ingenieros son ambiciosos y con ganas de surgir. No muy creativos pero sí muy ambiciosos. Entonces respondí:- sabe ingeniero, debe ser para ocupar un importantisimo cargo en una cofradía de coprofagos internacionales. Debido a que usted es un profesional no le será difícil alcanzar tan noble magistratura. Miró el cuadro de eficiencia, en el numero uno tenía pegados sus rasgados ojos, luego se volvió hacia mí y rió de una forma bastante patética. Volvió al rictus metafísico y dijo:- siempre he querido estar a cargo de un programa importante... en el ámbito regional -- usted dice en provincias - comenté con un tono ingenuo y despreocupado mientras miraba mis zapatos rotos y la raída bastilla de mi sucio pantalón.- no!!, Regional. Que sé yo a cargo de la FAO o la UNICEF para América del Sur. Creo que eso cumpliría con mis expectativas... en parte -. Definitivamente el condenado ingeniero estaba loco.En esos instantes salió, desde un privado, un tipo que tenía todas las espinillas y el acné del mundo. Ese tipo parecía una verdadera frutilla confitada bañada en pus. Con esa cara si que se justificaba el agradable aroma a humanidad de la oficina. Hurgueteándose la nariz y con un legajo de papeles en sus manos gritaba:- esta oficina apesta a subnormales. Cholos subnormales, indios subnormales. ¡¡ Qué se han creído que soy una oficina de subnormalidad !! -. Pudo haber completado su discurso acerca de la subnormalidad hablando de chinos locos o ingenieros locos y vascos perdedores.Luego, con toda rimbombancia, dijo a viva voz el nombre del ingeniero. El oriental, extraviado en la pizarra de eficiencia, se levantó y con ceremoniosa actitud extendió su mano y profiriendo una bofetada de ajo pronuncio su profesión y nombre. rigurosamente en ese orden. El tipo con cara de estropajo miró al cielo y se tomó su frutillosa cabeza con las manos. Luego empujó al loco hacia el privado.Pasaron los minutos, el oriental seguramente miraba al tipo con sus metafísicos y en el interior de su cerebro de ingeniero se imaginaba en el numero uno de eficiencia y dirigiendo a la NASA. El tipo de frutilloso rostro le hablaría de las bondades de su fantástica oferta laboral y el chino seguiría mirando hacia el cosmos. Luego el profeta de la subnormalidad se daría cuenta de las inigualables facultades mentales del ingeniero y lo invitaría irse al coño del mundo. Y los minutos pasaban. La puerta se abrió y el oriental salió. El frutilloso profeta de la subnormalidad me indico el ingreso y tomé posesión del privilegiado lugar de estar cara a espinilla con el espantoso entrevistador. Este miro mi papel de antecedentes laborales y fruncía su espinilludo ceño con cierto arribismo fingido tratando de mostrar cierta experiencia erudita en la cantidad de estupideces que había trabajado y mal gastado mi vida. Era el superior ideal. Un divino idiota con su rostro lleno de pus. Luego explicó el maravilloso empleo y dijo:- miré yo ando buscando vendedores de artículos exclusivos. Usted a visto los comerciales de la compra entretenida y debe entender que esos exclusivos productos tienen una alta demanda. Pero por sus ANTECEDENTES veo que usted puede cumplir bien otro tipo de trabajo donde se requiere mas capacidad emprendedora y don de mando. ¿ Qué le parece estar a cargo del departamento de recaudación?. Imaginesé uno no puede dejar eso a cargo de un tropel de cholos e indios subnormales que para lo único que sirven es para lavar retretes. Ni tampoco a ese señor que se llama ingeniero, noto su olor a ajo (con tono de alcahuete racista). No, señor!! este trabajo que le ofrezco es para un compatriota. Los brutos pueden servir para andar vendiendo las cosas en la calle. Usted estará en una oficina contando dinero. ¿ Qué le parece? -- Bien!!. Contar dinero siempre me ha gustado. ¿Disculpe en esa oficina uno puede fumar? - pregunté con extraña alegría y desconfianza.- por supuesto!!. En esa oficina usted puede hacer lo que se le antoje. Por otra parte y esto es algo vital para su gestión. Usted tendrá a cargo una suma de dinero para gastos. Creo que deben ser entre los cien y los doscientos mil pesos. Usted disponga de dicha cantidad y semanalmente rinde los dineros y se le reponen. ¿ Qué le parecen las condiciones? - dijo esa espinilla con patas que no paraba de hablar.- me parece excelente. ¿ Cuándo comienzo? - dije. La vida me sonreía. Tendría dinero para contar y usar en gastos, un buen sueldo y horario. Era la tragedia que mejor seducía mi depresión.- ahora mismo - dijo el espinilludo ser.Mi oficina estaba continua al privado del estropajo con acné. tenía una hermosa cafetera de plástico y un precioso escritorio de madera. También estaba una caja fuerte y mucho, demasiado dinero. Parecía que todo el dinero que faltaba en el mundo estaba en ese cuartucho. Las cuevas de Alí Babá definitivamente existían.Cada veinte minutos llegaba un vendedor y decía:- Debo hacer una rendición de ventas. Allí tiene usted veinte mil pesos -- ¿ Porqué no rinden todo de una sola vez? - pregunté con cierta molestia.- Bueno, el señor Correa nos exige que cada vez que vendamos algo debemos rendir inmediatamente el dinero. Siempre anda con el temor a que alguien robé. Por otra parte nosotros trabajamos en la calle y la mayoría somos ilegales, así que es mejor descargarse rápido... disculpe, no necesita nada - preguntó en forma bastante amable el peruano.A mis espaldas estaban cofre hermético y de formas absolutamente frías e inmutables. En mis manos la llavesita para ese almacén de riqueza y felicidad. Introduje el bien provisto trozo de bronce en la cochocha de fierro y dije:- ¿ puedes ir a comprar cigarrillos y una botella de agua mineral? - mientras extendía la propuesta entregaba un billete de diez mil pesos, lustroso como recién impreso. El peruano asintió con respeto y sin remilgos partió a comprar la exquisitez cancerígena.El frutilloso ser ingresó a mi cuartucho. Preguntó por como me sentía y respondí, con absoluta sinceridad, que muy bien. Apenas llevaba cuarenta y cinco minutos y estropajo me andaba supervisando. Revisó con bastante mala calidad actoral unos papeles. Hizo unas rayas y dijo si podía ir a comprar cigarros. Yo era el peruano de la frutilla confitada.Saqué dinero del cofrecillo y enfile hacia el quiosco más cercano. Poco a poco me sentía un tipo normal. Tenia trabajo, cigarrillos, un sueldo y hasta podía olvidarme de todo y ser feliz. Oh, claro que sí... muy feliz.- Un cartón de lights, por favor - dije mientras miraba esas revistas llenas de coños desparramados en satén. Otro precioso beneficio de una vida feliz.- No tengo cambio - replicó el almacenero.- Deme una de esas revistas y dos cartones mas - dije con prepotencia. - ¡¡ este billete es FALSO!!. Usted también trabaja para el rufián del cuarto piso. Tomé hombre sus billetes de mentira y vallase de ese lugar. Mire que allí hasta los piojos son estafadores - dijo el almacenero.Subí hasta el tugurio. Retire mis hediondas y escasa pertenencias. Luego renuncié. Al salir de la oficina todavía estaba el chino pegado en su cuadro de eficiencia. Quizá se había muerto.Recogí un pitillo en alguna cuneta. di algunas caladas y pensaba que de los siete pecados capitales uno esta prohibido para los infelices y cesantes: LA AVARICIA. Las infinitas, porque lo son, cuevas de Alí Babá están prohibidas para los desgraciados. Aunque se tengan el más fructífero ingenio, la mas obstinada astucia y el amor propio más profundo para sobrevivir. Estamos jodidos. siempre hay alguien que se adelanta y gana la tajada que te corresponde. Quizá por aquello el ábrete sésamo no funciona para quién no tiene mas opción que ver la vida por las rendijas sucias, hediondas y mal iluminadas de una alcantarilla.De todas maneras ya no faltaran cigarros, ni comida, ni revistas de coños. Para mí estos papeles son unos buenos billetes.

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